martes, 23 de septiembre de 2014

A Nîmes, il n'y a pas de peur.

-Publicado el 11 de junio de 2014-  

A Nîmes, il n'y a pas de peur.  O lo que es lo mismo, "En Nîmes, no hay miedo". Actualmente en España nos encontramos en un momento crítico para la fiesta brava y no lo digo yo. Reconozcamos que no se puede decir abiertamente en cualquier lugar "me gustan los toros, voy a los toros..." Sin que alguien te mire mal o salga con uno de esos comentarios anti, con el que pretende hacer ver que eres una persona insensible, cruel e incluso perturbada y psicópata.
Reconozcamoslo, ahora se ha puesto de moda ser anti, anti-taurino. Claro que en cuanto escuchas argumentarse a algunas de esas personas, salvo excepciones, te das cuenta que más que anti-taurinos son anti-toros, que es muy diferente y no tiene nada que ver con el respeto hacia el animal del que presumen, eso es otra cosa que habría que explicarles. Ya sabemos como son las modas, arrastran masas a su paso: Que se llevan los pitillos, adiós a las campanas; Que se llevan los piercings, agujeros por toda la cara; que se lleva ser rubia y tonta, pues tinte y pechos a medida; Que Jorge Javier Vázquez y Belén Esteban presentan un programa de éxito, pues todos gays y princesas del pueblo, con todo mi respeto al colectivo gay... Que ser susceptible también se lleva. Y es que la moda es la que manda y es tan caprichosa...
A lo que iba, actualmente existe un temor a que te relacionen con la tauromaquia por miedo a que no quieran seguir comprándote, a que dejen de acudir a tu bar, comprar en tu tienda, usar tu marca o a que monten una revolución al sentirse ofendidos por tu spot publicitario taurino... Hay que taparse como si fuese un delito o algo de lo que avergonzarse y eso ¿Por qué? Porque hay falta de información y lo más grave, de nivel cultural. Como sabemos, Francia es uno de los países más importantes del mundo a nivel cultural, un país donde la cultura a destacado por encima de todas las cosas a lo largo de la historia. Podemos hablar de grandes pintores, actores, artistas, literatos, toreros, arquitectos y de sus valiosas tradiciones. En la sociedad hay un nivel cultural importante y un gusto generalizado por el arte. Con lo que a toros respecta, podemos decir que es el primer país de mundo en reconocerlos como Patrimonio Cultural Inmaterial. Van un pasito o dos por delante...
Aún me huele a pain au chocolat, me sabe a champagne y me suena con acento francés Bonjour madame... Llevo casi dos días en Madrid y aún estoy aterrizando... Y es que siempre que voy a Nìmes me roba un poquito el corazón. Podría hablarles de lo entusiasmante que es ver toros en su coliseo, de lo mágica que suena la música en el mismo, de la afición nimeña, de la fabulosa feria que se ha dado, de la bella ciudad o de su suculenta gastronomía pero hay algo que me ha llamado una vez más la atención, en Nîmes no hay miedo. A Nîmes, il n'y a pas de peur. Toda la feria esta montada entorno a los toros: Los bares visten sus paredes con motivos, las tiendas sus escaparates, las galerías sus exposiciones, los artistas sus obras... Todo el mundo quiere sentirse participe de la fiesta, del espectáculo. Hay un sentimiento artístico, un concepto. Los jóvenes hablan de toros como el que acaba de salir de una función de teatro, con admiración hacía el torero y pasión por su obra efímera. Nadie baja la voz para hablar de toros, ni  agacha la cabeza porque allí son respetados como se merecen y considerados como lo que son, Arte.

La tauromaquia es su reclamo, su orgullo y su fuente de inspiración, tomemos nota.





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