jueves, 29 de mayo de 2014

Pensé: Pues sí, no se escucha.

El martes 20 de Mayo de 2014, en la Plaza de toros de las Ventas de Madrid, la tragedia suspendió la corrida tras el segundo toro de la tarde.

 

Cuando yo tenía 3 añitos, mis padres se mudaron de casa. Nos trasladamos a un barrio de Pamplona que colindaba con el monte y por allí mismo pasaba el tren. En aquel lugar por aquella época, los niños todavía podíamos jugar solos en la  calle. Nos juntábamos el niño que vivía en el 10, el del 14, la niña de la casa del fondo, el de la vuelta... Una pandilla buena.
No había grandes peligros. Teníamos campo para correr, árboles para trepar, río en verano y nieve en invierno. Tan solo nos tenían una cosa prohibida, acercarnos a las vías del tren. Recuerdo que mi padre siempre decía "El tren no se oye, no lo escuchas hasta que lo tienes encima". Pero los niños somos así, bueno las personas, basta que nos digan lo que no podemos o no debemos para que esto mismo despierte en nosotros un interés, una atracción fatal. Como pueden imaginar, me acerqué mil veces, otras tantas crucé al otro lado y volví a pasar con el corazón en un puño. Otros más osados, ponían piedras sobre los raíles que el tren hacía estallar como petardos. Fuimos cogiéndole confianza. Nos gustaba poner las manos sobre la vía, ya que esta empezaba a temblar mucho antes de que el convoy llegase. Sabíamos a que hora pasaba el que venía de Madrid o cruzaba veloz el de mercancías. Y recuerdo a mi padre, "que el tren no se oye...". Así es, lo descubrí yo misma una tarde de verano cuando en uno de estos juegos de osadía, escuché a mi hermana gritar ¡¡¡¡Que viene!!! Cuando miré a mi derecha, ya situada al borde de la vía, surgió de la oscuridad de un túnel ese ruido característico de los trenes más antiguos, que se precipitaba sobre mí. Apenas dí un paso atrás y él ya rompía el aire frente a mi, más rápido y veloz que nunca. Tumbada sobre el suelo pensé: pues sí, no se escucha. Poco a poco se fue alejando y con él, ese ciclón de ruido acongojante. Tardé en recuperar el aliento.
Se preguntarán que tiene que ver el 20 de mayo con esta, una de mis anécdotas. Pues bien, hasta hoy, día en el que los tres toreros protagonistas de tan trágica tarde -David Mora, Jiménez Fortes y Antonio Nazaré- se encuentran a salvo, fuera ya de peligro y dados de alta, no he querido escribir sobre ello. 
Dicha tarde, como casi todas las de San Isidro, me encontraba en la plaza de toros. Recuerdo claramente una mirada, me impactó su profundidad y a la vez su vacío. Era una de esas miradas que parece que no miran, ojos hundidos que parece que no ven. David Mora esa tarde, clavo los ojos en la puerta de chiqueros y tomó paso firme hacia ella. Arrodillado ya y capote en mano, se abría ante él un túnel negro. Sus ojos hablaban, parecía que iban un paso por delante, que veían más allá. La oscuridad de los chiqueros, un abismo y la espera, interminable. Un pensamiento, aquel tren que surgió de la oscuridad y del silencio. Imagino como entre sombras David vería asomar una silueta cargada con cuernos. Las pezuñas galopantes del bruto que hacen temblar el suelo. Y el aliento salvaje que se acerca a pasos agigantados como aquel tren imparable. Pero este tren, esta locomotora con corazón de fuego y cargada de bravura, le miró a los ojos. Lo vimos todos y no quisimos mirar y no pudimos dejar de verlo. David aquella tarde quería a cualquier precio, iba a por todas y todas a veces sale caro. Vimos al torero, al hombre y a la persona alejarse igual que aquel tren. Temimos que no volviera, que le hubiese robado el aliento. Entramos en pánico. Las caras desencajadas de los compañeros, la sangre en la arena y en los tendidos miedo, mucho miedo. Pero aquello no había terminado. Yo hubiese querido pararlo. En el ruedo olía a sangre y el miedo hace nudos en las piernas de aquellos que llegan a olerlo. Varios hombres vestidos de luces demostraron que ser torero es una condición del corazón y no de la mente. Cualquier mente sin una pasión loca, hubiese salido corriendo. Ellos continuaron con la lidia aun aturdidos por el suceso.
Los seres humanos evitan cualquier pensamiento relacionado con la muerte, pero el toreo precisamente es eso. Una batalla a vida o muerte motivada por una pasión, el arte.
El sonido de ese tren retumbaba entonces en mi pecho, igual que aquella otra tarde junto a las vías. La plaza entera estaba enloquecida, habíamos entrado en pánico. Antonio Nazaré quiso pararle los pies a la tragedia haciendo uso de su valentía y entre tanto caos, se montó en el mismo tren. Ahora un hombre "a solas" luchaba sin cobardía como los mismos gladiadores en la antigüedad, Jiménez Fortes. Pero la angustia se hizo eco de lo ocurrido y una vez más, salió victoriosa la tragedia. 
Sentada en la piedra del tendido, pensé: Pues sí, no se escucha. Poco a poco se fue alejando y con él, ese ciclón de ruido acongojante. Ya la plaza estaba vacía. Tardé en recuperar el aliento.

A los tres toreros desearles una pronta recuperación. Estamos deseando volver a verles en los ruedos. Como dijó David Mora al salir del hospital: Ustedes dais a esta profesión la verdad que tiene
Mucha suerte toreros!!!



Fotos El Mundo y nyotoros.es

miércoles, 14 de mayo de 2014

Con amigas en Sevilla

Nos movemos constantemente. En la vida unos vienen y otros se van. Algunos nos movemos en nuestro barrio de aquí para allá y otro se mueven por el mundo. Entramos en la vida de algunas personas y de tanto movernos, salimos sin darnos cuenta. Nos movemos constantemente. A veces movidos por la inercia, otras movidos por el amor. En ocasiones nos mueven los deseos, los sueños, la querencia y otras veces no quisiéramos movernos más, pero no podemos parar. Las personas saben donde nacen, pero no saben donde morirán. Nos movemos constantemente. Y entre tanto, de vez en cuando, hay alguien que congela el tiempo un instante para entrar en nuestro corazón: Un buen amigo, una buena persona, tu maestro, un gran amor. Esas son las personas que cuando se vayan, cuando se muevan, aunque no vuelvan más, estarán siempre contigo.

 La semana pasada estuve en Sevilla con cinco amigas más. Todas vivimos en Madrid y casi ninguna somos de la capital: Cádiz, Zamora, Badajoz, Pamplona... Os las voy a presentar:

Ana: La chica de la sonrisa perpetua. Independiente, divertida, completa y sobre todo, buena amiga.

Blanca: Esta señorita con imagen de mujer fatal, es un tesoro en bruto. Rebosa energía, talento y carácter. 
 Almudena: Ella es mi pequeñaja, es el bebe del grupo. Un poco alocada y muy sensible. Tiene un corazón que no le cabe en el pecho.

Laura: La mami del grupo. La combinación perfecta entre jovialidad y responsabilidad. La amiga perfecta para conversar.


 Rocio: Hermana de Ana. Fina, agradable y educada. Un cielito de persona.


Maitica... Esa soy yo...


 Sin pensarlo mucho decidimos coger los bártulos y encaminarnos a la feria. Era bastante temprano cuando nos encontramos en un lugar puntual de Madrid. Imaginen el maletero del coche de Rocio. Los volantes de los trajes rebosaban el maletero como agua que desborda una bañera. Blanca empujaba de una lado y ellos se revelaban por el otro. Almudena se sentaba encima y hasta saltaba como una niña chica sobre su cama. Ana trataba de cerrar la puerta sin éxito y Laura chillaba ¡cuidado no les pilles los dedos!
Suena un poco aparatoso e incluso loco, pero resultaba tan divertido. Nos montamos en el coche y en esa dinámica fue el resto del viaje. Cinco mujeres dentro de un coche (ya que Rocio llegaría más tarde) sin poder moverse ¿como pueden llegar a moverse tanto? Nos movemos constantemente.
Al llegar a Sevilla, como si no llevásemos suficientes trajes, paramos en casa del diseñador y amigo Antonio Vidal, todo un maestro en lo suyo. Fue entrar en el taller y como locas, queríamos todo lo que veíamos. Las cinco en cueros corriendo de aquí para allá. La flor, la blusa, la peineta... Una hora después, Vidal como por arte de magia, nos tenía todo listo. Tanto así que ya nos esperaban en la cantina del pueblo con sus típicos manjares y mucha cerveza fría "pa la caló". Ya estábamos en Sevilla, se respiraba en el ambiente.

Poco después llegamos al apartamento donde nos alojábamos, en pleno barrio de Santa Cruz. Para quien no lo conozca, es uno de esos lugares en los que tienen encanto hasta las colillas tiradas en las aceras y mira que es decir. Nuestro apartamento a un paso de la catedral, bien cerquita de la Maestranza y a pie de calle. Lo forramos de vestidos y mantones de colores, flores por todas partes. Musiquita y rebujito para prepararnos, las ventanas abiertas y sobre todo lo llenamos de alegría. Cuando quisimos darnos cuenta, había un montón de gente parada en nuestras ventanas haciendo fotos y hasta tocando las palmas.
Me gustaría hablarles de un lugar súper especial al que nos invitaron. El espacio "Arte Taurino Sevilla" situado en una callecita alado de la Plaza de toros de la Maestranza, en el ático de una galería de arte. Un espacio acogedor y con mucho encanto donde nos dieron un trato excepcional. Tengo que darles las gracias mil veces y aún así, me quedaría corta. Qué amabilidad, que calidad, que buena gente y que arte.
Y como se suele decir "más vale una imagen que mil palabras". Así que para que se hagan una idea de como lo pasamos, les dejo una tiradita de fotos. No podría contarles todo, que todo lo que se dice, se sabe. Muchísimas gracias a todos los que nos recibieron y trataron tan bien en todos y cada uno de los lugares a los que fuimos. Os adoro y adoro Sevilla.

Nos movemos constantemente. Cada una de nosotras nacimos en "alguna parte", lejos la una de la otra, en distintas ciudades. No teníamos porque haber coincidido en la vida, ni siquiera teníamos porque cruzarnos por la calle. Pero en nuestro constante movimiento, inconscientemente seleccionamos. Ahora nos movemos juntas y juntas disfrutamos, nos complementamos, nos ayudamos, discutimos, reímos y con todo, nos aceptamos. Quien sabe si un día nos moveremos cada una por su lado, quizá nuestros caminos se separarán o quizá no, pero si eso sucede, seguiremos siempre juntas porque fuisteis capaces de congelar un instante el tiempo y tocar mi corazoncito.  
¡¡ Os quiero amigas!!

En el taller de Antonio Vidal



En el apartamento


 De paseito 



 Espacio Arte Tour




 En la Maestranza




En la Feria





martes, 13 de mayo de 2014

Novillada de Fuente Ymbro en Las Ventas

Teniendo en cuenta las fechas en las que nos encontramos, he comenzado la semana de la mejor forma posible, asistiendo a la primera novillada de la feria de San Isidro.
Cuando dicha feria arranca, los madrileños y los que no lo somos pero vivimos en la capital, no queremos saber de nada ni de nadie: No hacemos planes, no vamos al gimnasio, procuramos salir antes del trabajo... Durante un mes, las tardes llevan un nombre, toros en las Ventas. 
Yo soy de las que llega una horita antes a la plaza.  Me encanta el ambiente que se respira en los alrededores y me gusta observar. Me calzo mi modelito taurino y a disfrutar. Ayer llevaba uno de mis chalecos de la colección de Cristina Sanchez
Os dejo también, una foto del mural "La alternativa", de 6x25 metros de dimensión creado por tres grandes del graffiti español y dos importantes muralístas, que se encuentra en el nuevo tendido de las Ventas. Bajo el 9 y el 10, el Tendido11. Un nuevo espacio cultural con motivo de San Isidro que da hueco al arte urbano, la fotografia, la música, la moda y la gastronomía. 

La novillada de Fuente Ymbro, lidiada por Mario Diéguez, Román Collado y José Garrido decepcionó en general por su mansedumbre, aún así, la tarde fue un ir y venir de sensaciones. Volteretas escandalosas que quedaron en sustos, el salto al callejón del cuarto novillo que nos dejó a todos sin aliento, pero sobre todo, las ganas, la entrega y el querer por encima de todo, de Román. El nos ilusionó y acongojó en su primero y nos hizo vibrar en el quinto. Garrido y Diéguez con afán pero sin suerte en sus lotes dejaron buenas sensaciones.






viernes, 2 de mayo de 2014

Corrida Goyesca en las Ventas

Hoy, 2 de Mayo, día de la Comunidad de Madrid, es la única tarde que los espectadores podemos pisar el ruedo pocos minutos antes de comenzar la tradicional corrida Goyesca. Yo también me he puesto el atuendo para la ocasión. Una de mis camisas goyescas de la colección de Cristina Sánchez, preciosa!! 


 Coches de caballos sobre el ruedo de las Ventas



Ya en el tendido disfrutando de la corrida. 4 Toros de Lozano Hermanos y 2 de "El Cortijillo" para Antonio Ferrera, Diego Urdiales y Arturo Saldívar.


"Atendido.es" Nueva aplicación para móviles en la plaza. Sin moverte de tu localidad, la bebida al momento. Pues yo decidí probar si era verdad y... Efectivamente funciona!!!


Buen par de banderillas de Antonio Ferrera


Derechazo de Diego Urdiales


Arturo Saldívar con la diestra


Para finiquitar la tarde, visitica imprescindible a "La Tienta". El bar más taurino y divertido de la zona, de mi amigo Cesar.